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Jan

3min

¿A qué teme un líder? Desde fuera, los líderes pueden parecer invulnerables, pero todos conservan en su interior ese rincón oscuro donde habitan los miedos y las dudas. Sí, el líder tiene miedo o lo ha tenido en algún momento, un miedo que nace de cómo se percibe en ese rol, y que desemboca en preguntas como “¿seré capaz?”, “¿cuánto duraré?”, “¿por qué me critican?”… 

En el líder, el miedo es especialmente perjudicial. Según una investigación de la Universidad de Stanford en 2020, el centro del miedo -la amígdala- envía señales a la parte del cerebro encargada de la toma de decisiones y hace que se active la respuesta de huida o defensa, lo que, en la práctica, hace que se las decisiones pendientes se bloqueen, se pospongan o se desvíen de su objetivo original. Para que esto se produzca, no tiene que existir necesariamente un peligro real, solamente una percepción de peligro.

Estos miedos se hacen más presentes en situaciones de cambio e incertidumbre (reestructuraciones, adquisiciones, crisis financieras, etc.), y son tan fuertes que fácilmente toman el control sobre otras emociones y pensamientos, provocando que solo te preocupes por protegerte y defenderte.

Un líder dominado por el miedo se vuelve inseguro, ansioso y limitado, lo que afecta directamente a su equipo y a la organización. Por ello, es crucial que el líder reconozca y entienda sus miedos, algo que, por otra parte, comparte con la mayoría de quienes han asumido esta responsabilidad. A continuación, repasamos los seis temores más comunes que condicionan su desempeño:


1. Soy un/a impostor/a

Prácticamente todos los líderes han enfrentado alguna vez el síndrome del impostor: sentirse como un fraude y temer ser descubiertos. “No sé qué hago aquí”, “¿Quién me creo que soy?” son pensamientos comunes. Se trata del miedo a parecer estúpido, a que te pillen desprevenido, a no estar listo (si te ha llegado la oportunidad, créeme, estás más que listo) o a verte superado por la carga de trabajo (que alivia un buen equipo de trabajo a tu alrededor). 

Aunque este temor tiene una base real —al asumir el liderazgo, puede que el líder aún no tenga todas las habilidades necesarias para triunfar—, gran parte del liderazgo radica en el proceso de desarrollar esas habilidades. Esto puede lograrse mediante una buena formación práctica de ensayo y error y con el apoyo de un mentor, entrenador o coach.


2. Voy a fracasar

Este es quizá el miedo más universal entre los líderes: la convicción de que no serán capaces de alcanzar sus objetivos. Sin embargo, combinar resiliencia, tenacidad y flexibilidad es clave para superar este temor. Además, valorar y compartir los logros es fundamental. No se trata de ser arrogante, sino de reconocer el éxito como una parte necesaria del crecimiento personal y profesional.


3. Me voy a equivocar

El miedo a cometer errores puede paralizar y llevar a posponer decisiones importantes, lo que solo complica más las cosas. Afrontar las decisiones basándose en información suficiente (sin caer en la tentación de esperar “la información perfecta”), un poco de intuición y confianza es el camino para superar este obstáculo.


4. No voy a durar

El temor a que las circunstancias que llevaron al líder a su posición—el apoyo de superiores, la falta de competencia interna—no sean permanentes puede generar inseguridad. Sin embargo, cada día que el líder permanece en el cargo, fortalece sus habilidades, conocimientos y relaciones, consolidando su rol más allá de las circunstancias iniciales.


5. Voy a decepcionar a los demás

El deseo de agradar y obtener aprobación está presente en muchos líderes. Este miedo, que nace del temor al rechazo, es parte inherente del liderazgo, ya que cada decisión inevitablemente complacerá a unos y decepcionará a otros. Aprender a convivir con este sentimiento y utilizar las críticas como oportunidades de aprendizaje es esencial para superarlo.


6. Creo que soy un/a incompetente

Asumir el liderazgo implica salir de la zona de confort, lo que puede incluir cambios en relaciones, áreas de especialización o incluso ubicación física dentro de la organización. Este desafío genera un periodo inevitable de adaptación en el que el líder puede sentirse incompetente. Sin embargo, esta sensación forma parte del proceso natural de crecimiento y cambio.


Reconocer el miedo: el primer paso para liderar mejor

El liderazgo está lleno de estos temores, y la idea del líder monolítico, sin fisuras y convencido de su grandeza, no podría estar más lejos de la realidad. Cada líder carga con errores del pasado e incertidumbres sobre el futuro, lo que condiciona su desempeño. Sin embargo, reconocer y entender estos miedos es el primer paso para gestionarlos, convivir con ellos y, en última instancia, superarlos.

 


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