Antes de decidir qué acciones necesitan los miembros de nuestra organización para desarrollarse, debemos preguntarnos qué necesitan: ¿se trata de adquirir conocimientos y habilidades? ¿O quizá necesitan mejorar habilidades concretas de tipo técnico, conductual o de gestión? ¿Se trata de afrontar cambios en el puesto actual? ¿De preparar a la persona ante posibles promociones? ¿De mejorar el desempeño actual? Las respuestas a estas preguntas nos dirán si elegimos procesos de eLearning o eTraining, ya que no son lo mismo. 


 

CRECIMIENTO RÁPIDO

Desde sus inicios, la teleformación ha ido creciendo exponencialmente. Fíjate: en 1995 tan solo existía una universidad online, la UOC, y otra mixta, la UNED. Sin embargo, ahora mismo todas las universidades españolas usan el canal virtual en casi todos sus programas.

En el año 2000, el sector de la formación online creció casi un 1 000% y solo en España, las más de 300 empresas del sector se estima que facturan unos 5 000 millones de euros anuales (AEFOL, 2020). No son unas cifras marginales, precisamente, ¿verdad?
Las estimaciones de crecimiento del sector son de 325 billones de dólares en 2025 con una clara tendencia hacia una formación online o mixta.

Ahora bien, cuando hablamos de formación online a veces nos encontramos con que se nos habla de eLearning o de eTraining de manera casi indistinta. Pero, ¿son la misma cosa?

La respuesta es fácil: no. En absoluto.

Y entonces surge la siguiente pregunta: ¿cómo los diferenciamos?

Siempre que vayamos a desarrollar una acción formativa, debemos primero definir su propósito. Y es, precisamente, este propósito, el que nos dirá si necesitamos una acción de eLearning o una de eTraining.

Por lo tanto, vamos a intentar definir sus diferencias comprendiendo antes los objetivos de cada una de estas acciones formativas.

 

ELEARNING

Podemos encontrar acciones de eLearning de manera habitual durante las incorporaciones a un nuevo puesto o bien cuando se producen cambios sustanciales en el puesto de un empleado.

Podemos decir, por lo tanto, que el eLearning no trata tanto de cambiar el comportamiento de un individuo sino de enseñar cómo se lleva a cabo alguna tarea. Es decir, que su objetivo es que el alumno adquiera nuevos conocimientos y habilidades que le sirvan para afrontar determinadas operaciones y procesos, habitualmente diferentes de los que acostumbra a realizar.

Sus acciones consisten en el acceso a información nueva, la retención de dicha información a través de ejercicios, cuestionarios y aplicaciones y la puesta en práctica de lo aprendido.

Si tenemos todo esto en cuenta, podemos deducir que el eLearning tiene un alcance muy amplio y puede tener lugar en diversos ámbitos, como puede ser el personal, el educativo o el profesional.

Algún ejemplo de este tipo de acción formativa son los tutoriales para manejar herramientas o llevar a cabo algún procedimiento, los cursos de idiomas, los programas de gestión logística, comercial u operativa, etc.

 

ETRAINING

Sin embargo, es más habitual encontrar eTraining en el ámbito profesional porque se centra en el desarrollo y mejora de habilidades concretas, bien de naturaleza técnica, conductual o de gestión. Con el eTraining se persigue el perfeccionamiento de estas habilidades y la mejora en su rendimiento.

Otra de las claves más importantes del eTraining es que tiene la capacidad de prepararnos ante situaciones inesperadas o no específicas, tanto actuales como futuras. Esta versatilidad es, precisamente, la que hace crecer nuestro potencial.

Además, la eficacia del eTraining se verifica fácilmente, puesto que solo se necesita comprobar el desempeño del alumno antes y después de la acción formativa. Y, por supuesto, sus resultados se verán en el terreno.


ADEMÁS…

Para finalizar, otra diferencia importante que encontramos entre el eLearning  y el eTraining, es que el eLearning produce resultados a largo plazo y, por lo tanto, comprobar su eficacia puede dilatarse en el tiempo. Además, implica procesos de aprendizaje más complejos, como son la comprensión, retención, verificación, puesta en práctica y seguimiento.

No obstante, debemos tener en cuenta que, aunque el eTraining busque la mejora o la modificación de pautas de conducta concretas, no quiere decir que no se use también en procesos como el autodescubrimiento o la autoevaluación, pero siempre sobre áreas más acotadas del desempeño.

Por otro lado, si nos fijamos en quién elabora los contenidos, el eLearning está siempre en manos de expertos, que son los que elaboran y adaptan los contenidos. Sin embargo, en el eTraining son los propios usuarios los que comparten su práctica profesional para identificar conductas de éxito, adaptar protocolos a cada situación, proponer criterios de evaluación de dichas conductas, etc. Su experiencia, por tanto, es el núcleo del diseño del eTraining.  

Finalmente, lo que siempre debemos tener claro es que un alumno pasivo es totalmente incompatible con ambas modalidades, por supuesto. Y es que ninguna acción formativa podrá funcionar sin la participación activa y la iniciativa del alumno, todavía más si la experiencia de aprendizaje es única y personalizada, puesto que el alumno deberá involucrarse e incorporar de manera natural lo que haya aprendido.

Ahora que conoces las diferencias entre eLearning y eTraining, ¿sabes ya qué modalidad necesitas para los miembros de tu organización?
 


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